¿Por qué es necesario que nos sigamos formando de manera constante y permanente? ¿Cuáles son los nuevos avances y desafíos a nivel social y laboral en el sector?
El mundo en constante movimiento, con nuevos paradigmas en el mercado nacional e internacional, nos exige la formación permanente, no sólo en conocimientos académicos, sino en gestión y habilidades blandas que son la clave del futuro laboral… Para el 2020, desde AgroGlobal actualizamos la oferta de capacitaciones para que te adaptes a estos nuevos escenarios…
Frente a un mundo en constante movimiento se requiere de una formación permanente y constante para poder evolucionar a la par de esos cambios. El sector agropecuario no es ajeno a esta transformación, y se necesita que el capital humano de una empresa esté implicado no sólo intelectualmente, sino también emocionalmente.
Tanto como responsables o como miembros empleados de una empresa es fundamental que seamos conscientes de que la formación necesaria para adaptarse a los nuevos escenarios no sólo incluye la parte profesional y técnica, sino también la personal.
La formación está pasando de ser un modelo de mera transferencia de conocimiento a un modelo cooperativo, activo y motivador que posibilita a las personas a construir los conocimientos que permiten desarrollar las habilidades necesarias para adaptarse y triunfar.
En este modelo, entonces, el desarrollo de las habilidades blandas o soft skills del capital humano son claves. Ya no tiene que ver con lo que hacemos, sino cómo lo hacemos y quiénes somos haciéndolo, y resulta clave que pensemos en nuestras habilidades: las personales, las interpersonales y las estratégicas.
La comunicación, la negociación y el liderazgo se vuelven herramientas que podemos entrenar, y en las que necesitamos formarnos para poder comprender e interpretar el mundo, y así liderarlo.
Desde AgroGlobal ofrecemos no sólo capacitaciones en producción animal y vegetal, sino también en gestión y habilidades blandas tales como: liderazgo positivo, coaching, trabajo en equipo, creatividad e innovación, agroempresas familiares, entre otras.
Entender que la formación personal de nuestros empleados o de nosotros mismos como miembros de una organización es igual de importante que la formación académica y técnica es el primer paso para fortalecer la educación agropecuaria y con ello potenciar el desarrollo productivo.