Para comenzar a analizar el bienestar animal debemos conocer que los vacunos sufren estrés, al igual que el ser humano. Por ello definiremos primeramente qué se entiende por estrés: “Proceso donde distintos factores ambientales superan a los mecanismos de control que posee el organismo para poder defenderse de ellos”. (Broom, 1986). En el ámbito de la producción ganadera, el estrés tiene un impacto significativo en la salud, el comportamiento y el rendimiento de los animales. Factores como el manejo, el acceso al alimento y al agua, las condiciones ambientales y la interacción con los humanos pueden generar estados de tensión que afectan su bienestar y, en consecuencia, la calidad de los productos cárnicos.
En esta nota, docentes de la Diplomatura Bienestar Animal en la industria cárnica, profundizan en los efectos del estrés en el ganado bovino, los mecanismos de respuesta del organismo y las estrategias para minimizar su impacto, promoviendo así prácticas que garanticen tanto el bienestar de los animales como la eficiencia productiva.
RESPUESTA DEL ORGANISMO ANTE EL ESTRÉS
Si el estrés es agudo (momentáneo) no causa mayores problemas en el organismo, podría decirse que hasta es “deseable” ya que prepara al mismo para las situaciones de defensa. Sin embargo, si el estrés se prolonga en el tiempo (estrés crónico) resulta en: disminución del crecimiento, aumento de enfermedades, disminución de fertilidad, aparición de úlceras gástricas e hipertensión
La respuesta del organismo ante el estrés puede ser de dos maneras:

MEDICIONES DEL ESTRÉS ANIMAL
Tanto desde el punto de vista científico como también práctico el estrés del vacuno puede EVALUARSE/MEDIRSE/ESTIMARSE de diversas maneras.
En general, se utilizan los siguientes indicadores de Bienestar Animal:
PARÁMETROS DE COMPORTAMIENTO
- Vocalizaciones: número de mugidos por unidad de tiempo, frecuencia e intensidad de los mismos.
Para medir estos parámetros, se utilizan test de vocalización, que consisten en contabilizar y medir la frecuencia de mugidos que se producen en un animal o tropa, como así también la intensidad y duración de los mismos. Una mayor intensidad y duración reflejará un elevado malestar de los animales. La frecuencia de mugidos o vocalizaciones se interpreta a través de la cantidad de vocalizaciones por unidad de tiempo, pero también es importante tener en cuenta si esa frecuencia aumenta, se mantiene o disminuye mientras que el animal o tropa está bajo una situación de estrés.
- Frecuencia de bosteo y orina
PARÁMETROS FISIOLÓGICOS Y SANGUÍNEOS
Los indicadores seleccionados deben aportar información acerca de los diferentes aspectos del bienestar animal y deben incluir, por lo tanto, no sólo la salud de los animales sino también su estado emocional, que a menudo se refleja en su comportamiento.
- Frecuencia cardíaca y Frecuencia respiratoria
Otra forma de evaluar el estrés es a través de la medición del RITMO CARDÍACO (taquicardia) y RESPIRATORIO (hiperventilación).
Si bien estas frecuencias cardíacas y respiratorias en el vacuno son variables según la edad, temperatura ambiente, etc., en general podemos decir que la frecuencia cardíaca varía entre 40 y 80 movimientos por minuto, mientras que la frecuencia respiratoria –también variable- oscila entre las 15 y 30 respiraciones por minuto para animales adultos y 20 a 40 en terneros. Ante situaciones estresantes graves ambos tipos de frecuencias pueden verse incrementadas hasta valores máximos de 110 y 90 respectivamente.
- Parámetros anormales de conducta
Esta medición se basa en la observación de patrones anormales de conducta de la especie bovina, es decir, comportamientos que no son habituales de ver en los vacunos.
Como ejemplo podemos mencionar conductas apáticas (aburrimiento), movimientos corporales que no sean propios (balanceos laterales mientras se encuentran parados pero sin caminar), cavar pozos en la tierra, masticar elementos de las instalaciones de los corrales, entre otros.
- Parámetros sanguíneos
Una de las formas de evaluación es a través de la medición de la concentración de ciertas hormonas y otras sustancias en sangre. Las más comunes son:
CATECOLAMINAS (adrenalina y noradrenalina)
CORTISOL: El aumento de la concentración de cortisol en sangre se da aproximadamente en 15 minutos y se mantiene elevado durante varias horas. También puede medirse en orina, heces, saliva y leche.
Es una hormona que moviliza reservas de energía para que el animal pueda desenvolverse en situaciones de estrés. Para ello eleva un 50% los niveles de glucosa en sangre. También moviliza ácidos grasos para usarlos como energía
Altos niveles de cortisol producen:
– disminución de la inmunidad
– menor crecimiento
– menor eficiencia reproductiva por bloqueo de hormona luteinizante
– menor producción y efecto de esteroides sexuales
Por lo tanto, la exposición prolongada a situaciones adversas disminuye el crecimiento del animal y su actividad reproductiva
CREATINQUINASA
OTRAS SUSTANCIAS:
- Hematocritos
- Leucocitos
- Glucemia
- Fosfatasa alcalina
- Ácidos grasos libres
- Urea
- Lactato
- Oxitocina
TIPOS DE ESTRÉS EN BOVINO
ESTRÉS PSÍQUICO

- Factores genéticos: El ESTRÉS PSÍQUICO está relacionado, por ejemplo, con factores puramente genéticos. Es conocido que hay razas más susceptibles de sufrir estrés que otras, como sucede en otras especies domésticas como los cerdos de gran musculosidad (Pietrain, Landrace Belga, etc.). Las razas bovinas tienen diferente temperamento, así como también las diferentes categorías dentro de una raza. Las más temperamentales suelen ser las cebuínas comparadas con las británicas y continentales. Ese temperamento más fuerte las hace más susceptibles de sufrir consecuencias negativas cuando estén bajo condiciones de estrés.
- Experiencia previa: Otro factor que provoca estrés psíquico son las experiencias previas que ha tenido el animal en su vida. Por ejemplo, una mala experiencia por maltrato en los corrales provocará que estos animales estén más alertas (y estresados) cuando se los conduzca a las instalaciones de manejo para realizar cualquier tipo de actividad (vacunaciones, aparte de categorías, etc.).
Respecto a los sentidos del vacuno también hay que aclarar que los olores conocidos los tranquilizan, mientras que los desconocidos los asustan. A los bovinos no les gusta que los toquen. Pueden reconocer a las personas pero se basan sobre todo en el color de la ropa que llevan puesta. - Manejo: Otro aspecto importante a destacar es el hecho de que el vacuno se asusta mucho de toda experiencia que sea nueva para él: primera vez que pasa por la manga o tubo, primera vez que sube a un camión jaula, etc. Por este motivo, debemos ser muy cuidadosos en el manejo del ganado ya que una mala experiencia para el animal producirá en él un fuerte estado de alerta cuando esté nuevamente frente a una situación similar.
- Restricción de espacio: El hacinamiento o restricción de espacio también los altera. Cada animal tiene alrededor de sí una zona de seguridad llamada zona de confort. Si se encuentran muy hacinados como sucede cuando se encierra el ganado en los corrales para su vacunación, por ejemplo, o cuando tienen que vivir durante cierto tiempo en un mismo lugar, como sucede en los sistemas de producción intensivos o engordes a corral, pueden llegar a sufrir un alto grado de estrés porque sienten invadida su zona de seguridad.
- Novedades: La “novedad” que asusta a los animales también puede estar referida a aspectos más sencillos y vistos en la vida cotidiana en el campo: plásticos o bolsas tiradas en el suelo, superficies brillantes que los encandilan (chapas tiradas, charcos de agua) pueden ser motivo suficiente para que los vacunos sientan malestar.
- Ruidos: Debido a que tienen un oído muy sensible también se alteran sobremanera con los ruidos fuertes, sobre todo los gritos del personal de campo durante el manejo en corrales o al arrearlos en el campo.
El ruido excesivo distrae mucho a los bovinos, ya que escuchan frecuencias más elevadas que el humano. La sensibilidad auditiva del ganado alcanza su máximo a los 8000 Hz, mientras que los humanos somos más sensibles entre los 1000 y 3000 Hz. El bovino se moverá con mayor facilidad si se reducen los gritos y otros ruidos. Si las instalaciones de trabajo (corrales, toril o huevo, manga o tubo) son metálicas las puertas pueden recubrirse con material de caucho para reducir el nivel de ruido.
ESTRÉS FÍSICO

Por otra parte, el ESTRÉS FÍSICO que sufren los bovinos está ligado a un mayor consumo de la energía obtenida de la dieta para enfrentar esas situaciones en vez de derivar esa energía para la producción sea de carne o de leche. Este tipo de estrés es provocado por el hambre, la sed, el cansancio por un manejo brusco por parte de los operarios, la temperatura y humedad ambiental elevadas, los golpes y lesiones sean en el campo o en el transporte, etc.
Nicolás Carbonell
Ing. Agr. M. Sc.
Es Ingeniero Agrónomo egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y Máster en Bienestar Animal por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), España
Actualmente, se desempeña como director de AgroGlobal, un centro de innovación y educación agroindustrial que impulsa la capacitación y profesionalización del sector. Además, es director del programa Welfair Local Partner, actuando como representante del Sello de Bienestar Animal Welfair en Argentina y auditor del esquema de certificación de bienestar animal de IRTA.
Su principal enfoque es la promoción, vinculación y profesionalización de la industria alimentaria a través de la dirección y co-creación de proyectos de aplicación tecnológica, con un fuerte compromiso en la implementación de estándares de bienestar animal que mejoren la competitividad y sostenibilidad del sector.

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